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Gestión Responsable de la Cadena de Suministro

La Ley alemana sobre diligencia debida en las cadenas de suministro (LkSG) entró en vigencia el 1 de enero de 2023, estableciendo nuevas obligaciones para reforzar el respeto de los derechos humanos y los estándares ambientales en las cadenas de suministro globales.

Paralelamente, el Parlamento Europeo aprobó en junio de 2023 la Directiva de Diligencia Debida en la Cadena de Suministro (CSDDD), enviando un claro mensaje sobre la importancia de que las empresas ejerzan un mayor control sobre sus proveedores.

La LkSG de Alemania y la CSDDD de la Unión Europea son ejemplos notables de la creciente tendencia mundial hacia requisitos legales de responsabilidad empresarial, que obligan a las empresas a llevar a cabo la debida diligencia en materia de derechos humanos y medio ambiente para identificar riesgos reales o potenciales para las personas y el entorno.

La gestión responsable de la cadena de suministro se ha convertido en una norma en el ámbito de la sostenibilidad empresarial. Las empresas ven esta gestión con proveedores como una oportunidad para mejorar sus relaciones comerciales, aumentar la eficiencia de sus procesos y prepararse para las crisis actuales y futuras. Sin embargo, a pesar de los beneficios evidentes, también existen numerosos desafíos. En muchos casos, las empresas tienen una influencia limitada sobre sus proveedores, recursos limitados o carecen de las tecnologías adecuadas para realizar un seguimiento completo.

Los Diez Principios del Pacto Mundial, la Agenda 2030 y las Normas de Desempeño Ambiental y Social del IFC proporcionan marcos internacionalmente reconocidos que sirven como base para diseñar estrategias empresariales relacionadas con la gestión de proveedores, sin importar su país de origen o el sector y las actividades de la empresa.

La gestión de los derechos humanos a través del modelo de gestión empresarial se compone de tres pasos específicos: 1) la creación de una declaración de respeto a los derechos humanos, 2) la identificación, mitigación y prevención de los posibles impactos de la empresa en los derechos humanos a través de un proceso de debida diligencia y 3) el establecimiento de mecanismos de reclamación a nivel operativo para abordar los impactos y proporcionar reparación a las víctimas.

Proceso de Debida Diligencia

La debida diligencia consiste en identificar, prevenir, mitigar y comunicar los impactos de la empresa en el ámbito de los derechos humanos. Este proceso se llevará a cabo no solo considerando las actividades propias de la empresa, sino también las operaciones de la cadena de suministro; la integración de la debida diligencia a la red de proveedores permitirá́ lograr una cadena de suministro más resiliente y sostenible. Para desarrollar este proceso es necesario llevar a cabo las siguientes acciones:

  1. Mapeo de la cadena de suministro: El mapeo de la cadena de suministro comienza con la identificación de proveedores de primer nivel. Sin embargo, para un correcto mapeo es necesario ir más allá́, extendiendo de forma progresiva el número de proveedores, identificando aquellos de niveles posteriores.
  2. Evaluación de impactos: Aunque este puede variar en función de la empresa, el alcance que se defina deberá́ incluir especialmente aquellos proveedores con un riesgo alto en vulneración de derechos humanos, considerando aspectos como las regiones en las que opera, su sector de actividad, las evaluaciones realizadas anteriores.
  3. Integración de las conclusiones y toma de medidas: Una vez llevada a cabo la evaluación a proveedores, se integrarán los resultados identificados en las funciones y procesos internos pertinentes de la organización, determinando quienes deben hacer frente a estos impactos, definiendo objetivos y medidas se llevarán a cabo para gestionarlos.
  4. Seguimiento y comunicación: Este paso implica la medición y el seguimiento del plan de acción, estableciendo diferentes indicadores de rendimiento, tanto cuantitativos como cualitativos. Los indicadores pueden provenir de estándares internacionales, diferentes directivas o normativas o ser propios de la empresa.
  5. Establecer mecanismos de reparación: Si las empresas determinan que han provocado o contribuido a provocar consecuencias negativas en el ámbito de los derechos humanos, se deben efectuar procesos de reparación efectiva. Para ello se debe contar con un canal que dé respuesta a las denuncias y reclamaciones de todos los grupos de interés. Además, se deberá́ estudiar qué tipo de solución dar, debiendo reparar a las víctimas. La reparación puede incluir disculpas, restitución, rehabilitación, compensaciones económicas o no económicas, así́ como medidas de prevención de nuevos daños. Los procedimientos de reparación deben ser imparciales y estar protegidos contra toda forma de corrupción.

Si estás interesado en que acompañemos a tu organización para comprender y aplicar procesos de diligencia debida en su cadena de valor, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Nuestros talleres están diseñados para que tus colaboradores adquieran herramientas que les permitan identificar y analizar riesgos sociales y ambientales, fortaleciendo así su capacidad para gestionar eficazmente todos los eslabones de su cadena de suministro. Estamos aquí para apoyarte en el fortalecimiento de prácticas sostenibles en tu organización.

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